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Odiado y Amado, Saúl “Canelo” Álvarez sujeto al racismo mexicano

Peleador amado y odiado al mismo tiempo, tiene miles de fanáticos, pero también tiene miles de detractores, eso es lo que provoca  Saúl Álvarez, actual campeón mundial regular de los supermedianos por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y súper campeón mundial de los medianos, también por la AMB.

El Canelo es el boxeador con más renombre y tal vez el más importante de los últimos 10 años en el boxeo mexicano (sin demeritar a Juan Manuel Márquez) y el más importante en los últimos 5 años a nivel mundial (sin demeritar a Manny Pacquiao), luego del retiro formal de Floyd Mayweather jr. y que dicho sea de paso, el único que ha derrotado de forma oficial a Álvarez.

En su extenso currículum, el Canelo ha logrado el histórico de cinturones en 4 divisiones distintas, situación que le da acceso a un selecto grupo de campeones mexicanos que tienen el mismo logro: Leo “Terremoto” Santa Cruz, Juan Manuel “Dinamita” Márquez, Jorge “Travieso” Arce y Erik “Terrible” Morales.

Los títulos obtenidos por el Canelo en la última década son: superwelter CMB, superwelter AMB, superwelter OMB,  mediano CMB, mediano AMB, mediano FIB, supermediano AMB y semipesado OMB; esos campeonatos llegaron o los defendió ante tipos como Golovkin, Kovalev, Jacobs, Cotto, Lara, Trout, Angulo, Mayweather Jr. entre otros grandes nombres, y pese a eso, el aficionado al boxeo en México no lo ve aun como el gran boxeador que indica su extenso historial con 8 cinturones absolutos conseguidos en 4 divisiones diferentes o ser uno de los 10 mexicanos más jóvenes en coronarse monarca mundial con 20 años  y que remata con una impresionante marca de 51-1-2, 36 kos, ¿por qué?

La premisa básica de la gente es que en toda su carrera lo han protegido, Golden Boy Promotions, empresa que maneja la carrera del mexicano y que es comandada por el ex boxeador Óscar de la Hoya, es la principal responsable (según los aficionados) de arreglarle peleas y campeonatos, una cuestión difícil de afirmar sin duda, sin embargo, el mundo del boxeo y del deporte en general no están exento de estas situaciones, aunque es muy complicado afirmarlo con la carrera del Canelo, pues queda siempre a la perspectiva del que ve el combate, a unos les gusta ver a un pelador ofensivo y a otros a un peleador estilista, sin embargo, en su mayoría, lo que le gusta ver al mexicano es el “Mexican Style” un guerrero que no le tema al intercambio y que sea agresivo en todo momento.

Ahí radica uno de los grandes problemas de Saúl Álvarez, pese a que tiene todo el físico y resistencia  para ser un destructor, no lo explota al máximo, la esquina del Canelo que esta comandada por Eddy y Chepo Reynoso, insisten (o aceptan) en hacer pelear al campeón mexicano de forma muy precavida en todo momento, cuando deberían de aprovechar el físico del pelirrojo y hacer que se revolucione de vez en cuando en sus combates para poder finalizarlos de forma espectacular, eso genera cierta molestia en los amantes del boxeo, porque las cualidades las tiene.

El incremento de agresividad en su boxeo sería un punto acertado en su esquina, pues denotaría resultados más claros a su favor, pondría menos juicio a sus triunfos y resultados controversiales como el de Lara o Jacobs no sonarían como probables derrotas al no liquidarlas cuando tuvo oportunidad.

Otro punto que genera incomodidad pero que hay que entender, es que Álvarez, además de ser un atleta, es un producto comercial, incluso necesario para la industria del boxeo, al fin y al cabo el deporte también es entretenimiento y necesita de figuras que comercialicen la marca, lo fue Mayweather Jr. y ahora lo es el jalisciense, la industria del boxeo pasa por tiempos complicados, HBO Boxing al salir del aire después de 45 años de transmisiones es una prueba de ello, por lo tanto hay que buscar figuras que vuelvan a generar el interés entre la afición, algo que espectáculos similares como la UFC o la WWE, han logrado gestionar con éxito y el Canelo, guste o no, es una de ellas.

 El campeón mexicano tiene una función dentro del boxeo mundial, eso no quiere decir que sea mal boxeador y que le regalen las peleas, simplemente se viven otros tiempos en cuestión de comercialización; producciones y eventos espectaculares necesitan inversión, y la creación de figuras que además de tener buen boxeo, generen dinero, algo que el tapatío hace en buena forma, y DAZN, empresa dedicada a eventos vía streaming sabe de ello, no por nada le pago 365 millones de dólares por 11 combates al mexicano, por lo tanto, es hasta cierto punto aceptable que cuiden detalladamente la carrera del boxeador, aunque eso no quiere decir que le paguen al rival para perder, simplemente es el lado “A” y como siempre ha sucedido en el boxeo, el campeón pone sus condiciones, no se está descubriendo el hilo negro del pugilismo de paga.

Finalmente y el menos probable del porque no se acepta al Canelo como un buen boxeador, su color de piel, “el campeón del pueblo no puede ser blanco”, la construcción del boxeador mexicano radica en su origen, salido de las situaciones más difíciles, entornos complicados y que van escalando poco a poco para llegar a la cima pese a todas las adversidades; en nuestro país, aunque queramos negarlo, existe un grado de racismo, y eso denota en que  las personas blancas no están asociadas a entornos de vida difíciles, que no batallan en su vida para conseguir las cosas (contexto totalmente erróneo), de ahí pudiera ser una situación, aunque mínima, pero latente en el sentir hacia el Canelo, con todo y que también es un tipo de orígenes humildes.

Saúl “Canelo” Álvarez, un tipo polémico, pero muy centrado en su carrera, muy disciplinado, con buen boxeo que ha evolucionado a lo largo del tiempo, sus peleas siempre estarán en el ojo del huracán, un boxeador que arrastra multitudes y genera controversia en el cuadrilátero, unos le aplauden y otros lo insultan, pero en ambos bandos pagan por verlo pelear.

Boxísticamente lo ha conseguido todo, pero aún le falta la aceptación de su país para integrarlo como uno de los grandes de la historia, tarea nada fácil, México es una potencia mundial en la disciplina con 194 campeones y 14 salón de la fama, por lo tanto exigente; por lo que al Canelo solo le queda un camino para llegar a ese punto, una guerra ante un rival que lo exija al máximo, que se olvide por 48 minutos de sus formas y se vuelva un destructor, saldrá mucha sangre, pero ganará la aceptación del público mexicano, el historial y las credenciales las tiene y de hecho pasará a la historia, pero si quiere que la afición lo recuerde como un verdadero campeón, necesita un bautizo de fuego real para que su nombre se escriba en la posteridad del pugilismo nacional junto a los más grandes.

Por: Jacobo Peraza-Universo Deportivo / Imagen: página Saúl Álvarez.

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